En la actualidad, WhatsApp es uno de los medios de comunicación más utilizados a nivel global. Su inmediatez y la posibilidad de intercambiar todo tipo de archivos, desde fotos y videos hasta notas de voz y documentos, la convierten en un entorno propicio para recopilar evidencias en procesos legales. De manera similar, otras plataformas sociales como Facebook, Instagram o Telegram se han transformado en repositorios de información personal y profesional, que pueden resultar vitales para esclarecer incidentes como acoso, amenazas, fraude o incluso robo de datos corporativos.
Para que estos registros digitales sean aceptados como evidencia en un juicio, es indispensable seguir metodologías de informática forense que aseguren la validez de los hallazgos y eviten su impugnación. La obtención de copias forenses, el uso de herramientas especializadas y la conservación de la cadena de custodia constituyen pasos fundamentales. Cualquier error en esta fase podría invalidar los elementos probatorios, reduciendo notablemente las posibilidades de un resultado favorable ante las autoridades judiciales.
Otro factor clave es la pericia para reconstruir conversaciones o archivos que aparentemente fueron eliminados. Mucha de la información más comprometedora o incriminatoria se halla justamente en chats borrados, fotografías ocultas o perfiles con configuraciones de privacidad que intentan enmascarar su actividad. El perito informático se encarga de recuperar dichos elementos, documentar el proceso y presentar un dictamen técnico que explique la metodología empleada y las conclusiones extraídas de forma clara y detallada.
Finalmente, la relevancia de un especialista no se limita solo a la parte técnica. Es habitual que se requiera su presencia para defender la validez de la evidencia en audiencias o juicios orales, respondiendo a cuestionamientos de abogados y jueces sobre el proceso de extracción o la posible manipulación de datos. Cuando se trata de material tan sensible como mensajes de WhatsApp y redes sociales, la credibilidad y experticia del perito informático pueden ser decisivas para inclinar la balanza en casos de gran repercusión o montos económicos considerables. Un informe forense sólido brinda la certeza de que la evidencia se ha obtenido de manera transparente y confiable, reforzando el peso legal de las pruebas digitales en los tribunales.